martes, 21 de octubre de 2008


El Movimiento Popular Libertador San Martín nace con la certeza de que sin protagonismo popular no hay verdadero proyecto de transformación nacional y social. La refundación de la Argentina, que asomó en diciembre del 2001 y comenzó con la asunción de Néstor Kirchner, está en pleno desarrollo. Apostamos a ensanchar el camino, pechar las dificultades y lograr la segunda y definitiva independencia. Esta nueva organización política que nace y se fortalece con el protagonismo de los movimientos sociales, se nutre de diferentes experiencias políticas, sociales, sindicales y culturales desarrolladas en plena resistencia al neoliberalismo y durante estos últimos 5 años, junto al gobierno nacional.

Frente a la ofensiva de las corporaciones conservadoras para frenar los avances populares, creemos que es necesario fortalecer al gobierno de Cristina elegido con el 46% de los votos, profundizando la independencia nacional, el crecimiento con desarrollo económico, la inclusión social, la redistribución de la riqueza, el protagonismo popular y la integración latinoamericana, en la senda de Hugo Chávez, Evo Morales, Rafael Correa y Fidel Castro.
¿POR QUE NOS CONVOCA SAN MARTIN?
La de José de San Martín es una figura falsamente unánime en la sociedad argentina. Desde todos los ámbitos se lo elogia y reconoce, en el rol que le inventaron de “Padre de la Patria”. Una construcción de antemano artificial, ya que permanentemente se están dilucidando intereses cruzados, a veces contrapuestos, entre los distintos sectores, grupos, clases sociales, cosmovisiones y patrones culturales que la integran. Para construir esa imagen indiscutida, las clases dominantes que hicieron el país sobre la sangre de los nativos, los gauchos federales y los inmigrantes libertarios, tuvieron que enterrar al hombre, convertirlo en un bronce distante e inalcanzable, un ser sin pasiones, sin enconos, sin amores y sin rencores.
Nosotros, en cambio creemos que una sociedad integrada es posible sólo en base a la eliminación de los privilegios de unos pocos que se asienta necesariamente sobre la expoliación de los más. Y por lo tanto, para hacer posible un proyecto de mayorías, necesitamos recuperar el sentido fundante de nuestra patria, que es americano y plebeyo, integrador y muchas veces contradictorio como lo fueron sus grandes líderes históricos.
Nos identificamos con el San Martín rebelde, mestizo e intransigente con los privilegios. El medio indio hijo bastardo que despreciaba a los reyes europeos, el militar que siempre prefirió la política y la negociación por sobre la violencia, el americano que condenaba sin vueltas a quienes eran capaces de aliarse al extranjero para imponer políticas de privilegios, el revolucionario que consideraba a la igualdad como la esencia del espíritu republicano, el rebelde que desafiando las castas sociales nutrió sus fuerzas con indios, negros, criollos y hasta europeos, el estadista que entendía al Estado como integrador social y elemento central del desarrollo, el gobernador que siempre exigió el mayor esfuerzo de los más beneficiados, el general que siempre fue primero humanista. El San Martín libertador, contradictorio y pasional, pero inclaudicable en sus convicciones democráticas y populares es el que necesitamos los argentinos y los americanos para iluminar nuestro futuro.

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